22 sept 2014

Mensaje mensual Agosto - 2014 Monte Faro de Luz - España


2 de Agosto de 2.014
[Valencia de Alcántara (Cáceres) España



Al principio hay un diálogo entre Ntra. Madre y el vidente:
Pequeño, todas las intenciones que tú me pides, mi Corazón las llevará al Corazón de mi Hijo por todos estos hijos míos que te han pedido que pidas por ellos; que no tengan miedo, hijos míos, no tengáis miedo en pedir a vuestra Madre, vuestra Madre que siempre está con todos vosotros. Sí, hijos míos, tenéis que ser obedientes a vuestro Dios y sed fuertes en la persecución que tenéis y vais a tener; porque Satanás está acechando vuestros corazones de amor. Pero venid a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo y así yo seré baluarte para todos ellos.

Sí, hijo mío, tú me pides por todos y Yo estoy llena de amor para todos ellos. Sé dulce, hijo mío, sé amoroso, sé comprensivo con todos aquellos que vayan a ti, no les des mala cara, sino que tus ojos reflejen la dulzura de mi Corazón a todos ellos.

Hijo mío, Yo quiero que hagas esas penitencias que mi Hijo te manda hacer: el silencio, fuerte, hijo mío.

Sed fuertes, hijos míos, porque mi Hijo de Amor siempre está con todos vosotros.

A continuación Nuestra Madre comienza su mensaje:
Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi Luz en vuestras almas.

Gracias, pequeños, os doy una vez más por estar aquí en mi Casa de Amor y Oración, ¡cuántas almas salváis con vuestras oraciones! Todas las oraciones, hijos míos, van al Corazón de mi Dios, vuestro Dios y Él prepara los caminos y los corazones; seguid pidiendo aunque el dolor os taladre, hijos míos; las cruces a veces son fuertes, el dolor os oprime, pero ante todo ese dolor está mi Dios, vuestro Dios, dándoos fuerza y luz para que caminéis en este caminar de dolor, de odios, de mentira, de hipocresía, de maldades.

Yo hoy os pido aquí, hijos míos, que pidáis por vuestros hermanos del mundo, aquellos que hacen guerra, aquellos que matan, aquellos que se han olvidado de lo más hermoso: de su Dios. El hombre quiere ser Dios, hijos míos, dioses, y eso no puede ser, solamente hay un Dios verdadero, mi Dios, vuestro Dios y Señor, por eso Satanás, hijos míos, está declarando la guerra y está declarada porque él quiere mandar a la humanidad con su perversión, sus maldades; él es astuto y está metiéndose en los corazones más débiles, y mis hijos de la Iglesia, mis hijos preferidos, muchos de ellos, no llevan el camino que tienen que llevar, a veces se hacen perversos, se hacen fuertes, dañan al débil.

Hijos míos, por eso Yo aquí en mi Casa de Faro de Luz os digo que pidáis por ellos, por ellos, por el Papa, hijos míos, vuestro Papa de amor, de bondad, de misericordia, al cual muchos de sus hijos le están dejando a un lado; pero él tiene la fuerza del Espíritu Santo y no podrán con él, y muchos de ellos, muchos, sino se clavan de rodillas y piden perdón por todo aquello que están haciendo, ellos se irán a la condena eterna.

Por eso, hijos míos, vosotros que sois mis polluelos, mis pequeños, aquí y allá, y en todos los lugares del mundo, quiero que pidáis por ellos.

El silencio de la Iglesia ya entró, y veis lo que hay y lo que está pasando en el mundo: terremotos, maremotos, guerras, hambre, miseria. Esto es poco, hijos míos, tiene que venir más, y empezará con los tres días de tinieblas. Pero yo estoy aquí, como en todos los lugares del mundo, para que todos aquellos que sigan a mi Hijo y a Mí estén bajo nuestras manos, nuestros mantos; ahí, para que no os pase nada, Yo os llevaré a otras moradas cuando vengan las cosas grandes que van a venir al mundo, para que todos aquellos que crean, que tengan fe y amen a su Dios, no les pase nada. Pero vosotros, muchos, tenéis que ser mártires que ya hay mártires en la tierra; por eso tantas veces os he dicho aquí y en otros lugares del mundo que quién quiere ser víctima, alma victima al Corazón de mi Hijo y a mi Corazón.

Hijos míos, esto se acaba pronto, diez, veinte, cuarenta, sesenta, hijos míos, y os digo: ¡alerta humanidad! Porque Satanás quiere llevarse a muchos hijos, como lo está haciendo ahora; hijos míos, sacrilegios que se hacen a mi Hijo; como os dije tantas veces, no cojáis a mi Hijo en vuestras manos, tomadlo en la boca, porque tantos sacrilegios hace el hombre por cogerlas en la mano, y Yo y mi Hijo lloramos y Nos crucifican a diario por tantos pecados de los hombres.

Sed sumisos, humildes y obedientes; haced caridad con vuestros hermanos, y vedles siempre sus rostros; en alguna imagen en vuestras casas poneos de rodillas para pedir perdón por vosotros y por toda la humanidad.

Sagrario, hijos míos, Sagrario, Sagrario, ayunad, haced penitencia, oración, sed fuerte, hijos míos, en la oración, no seáis de un minuto, sed más tiempo, una hora, dos horas, tres horas, todo el día amando a vuestro Dios; así os quiero, hijos míos, que seáis fuertes en la oración, porque nosotros estamos siempre con vosotros y no os vamos a dejar. 

Venid a este Santo Lugar, a mi Casa de faro de Luz, así lo quiero, hijos míos; Yo derramo muchas gracias aquí y las derramaré cada día más y más.

Hijos, quiero que este mes meditéis, hijos míos, meditad (aquí Nuestra Madre hace una pausa y se nota como si se quejara de dolor al pensar en la Pasión de su Hijo ) la Pasión de mi Hijo, (continua con la pausa en la misma línea) hacedlo, mirad los dolores que pasó mi Hijo antes de llegar a la Cruz; meditadla, hijos míos, veréis como ahí vais a ver que vuestro Dios, mi Hijo de Amor, sufrió por todos vosotros; hacedlo, hijos míos.

Yo lloro, sufro mucho cuando un hijo mío se va de las manos de mi Dios al Infierno; por eso, pedid mucho por ellos, por los pobres pecadores; meditad mucho la Pasión de mi Hijo, os lo pido hijos míos; sed fieles a vuestras cruces, sed fieles a vuestro Dios, sed fieles a la Iglesia, sed hombres de oración perfecta.

Ahora, hijos míos, os bendigo, pero antes, mi Dios Padre Creador, mi Dios Hijo Salvador, el Espíritu Santo mi Esposo Santificador y Yo vuestra Madre Miriam, Corazón de María, Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz.

Adiós hijos míos, adiós pequeños.

Seguid la oración que tanto me gusta y me agrada cuando decís:

“Dios te salve María, llena eres de gracias, el Señor es Contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el Fruto de tu Vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros pecadores, ahora y el hora de nuestra muerte amén”.

“Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén”.

Adiós hijos míos, adiós pequeños.

El vidente se dirige de nuevo a Ntra. Madre:

Y a ti, hijo mío, una vez más, prepara tu camino para aquellos que van a juzgarte muy pronto; Yo estaré siempre contigo, no temas y no tengas miedo porque mi Hijo y Yo estaremos en los momentos aquellos que vas a ser, hijo mío.

Ntra. Madre en Monte Faro de Luz.

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