24 sept 2014

Mensaje mensual septiembre 2014 - Monte Faro de Luz - España

6 de Septiembre de 2.014
Monte Faro de Luz , Valencia de Alcántara

Cáceres - España


Ntra. Madre comienza su mensaje:

 
Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y luz de mi Luz en vuestras almas.


Una vez más, hijos míos, mi Hijo ha querido venir aquí para que vosotros seáis testigos de este prodigio, hijos míos, de mi Dios vuestro Dios, aunque después muchos de vosotros tomareis el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo.


Ahora nuestra Madre se dirige al vidente:
Hijo mío, es tu Dios, tu Dios el que está contigo, amalo, quiérelo, adóralo, sé siempre fiel, no te importen los hombres, hijo mío, no te importe el mundo, el mundo no entiende de estas Cosas Divinas. Hoy será el último día, hijo mío, que recibas a mi Hijo; pruebas, testimonio he dado en esta Casa, mi Casa de Faro de Luz ,y los hombres, mis hijos, tienen que respetar y llevar en su corazón todo aquello que su Madre y su Dios les traen para la salvación de sus almas.


Nuestra Madre continúa su mensaje:
Sed fieles, hijos míos, a la llamada de mi Hijo, queredle mucho. Abandonaos a Él, es la Verdad y la Vida, Él es vuestro Dios, vuestro Salvador.


Hijos míos, id por el mundo predicando el Evangelio de mi Hijo, sed fieles a Él, tendréis ganado el cielo, hijos míos; no miréis estas cosas que están pasando en el mundo, que tienen que suceder; los hijos de la Luz no tienen que importarle estas cosas sino que tenéis que rezar y pedir por los pobres pecadores, por eso sois luces, por eso estáis aquí, por eso estáis en el mundo hablando conmigo y Yo con vosotros.

Sed limpios de corazón, sed refugio para aquellos que necesitan de vosotros, amad, amad, cuidad, llevad el aroma del Corazón de mi Hijo y mi Corazón a tantas alamas que necesitan del Amor de Dios, mi Dios vuestro Dios.


Sed santos, hijos míos, sed santos aunque creáis que es difícil; no seáis santos, hijos míos, de peanas; esos son pocos, pero vosotros sois muchos y tenéis que ser santos del Cielo y de la tierra, y no digáis nunca que no podéis ser santos, porque, mirad, si buscáis la humildad, la sencillez y el Evangelio, hijos míos, seréis santos. Haced todo cuanto mi Hijo os diga y os dice en vuestras almas. Id al Sagrario del Amor, está abandonado, mi Hijo necesita almas, operarios, y vosotros que venís aquí a estos Santos Lugares, Yo os digo: Sagrario, Sagrario, Sagrario, veréis qué fácil es ser santo.


También os recomiendo, hijos míos, que busquéis a un director espiritual para vuestras almas; no vayáis para acá y para allá; buscadlo, que también mis hijos predilectos, todos, son también santos. No miréis, hijos míos, a aquellos que no llevan la vida que tienen que llevar en su ministerio, mirad lo que representan, lo que están presentando al mundo, la salvación de los hombres; sed, hijos míos, dóciles, sencillos, hermanos de verdad, amaos y quereos unos a los otros, y eso sí, pedid por todos los hombres del mundo.


Veréis terremotos, muerte, guerras; muchas cosas vais a ver, hijos míos, de odio, de mentiras, de, hijos míos, de locura; pero, mirad, si vosotros, aquí y allá, rezáis para que no haya guerra, no la habrá; pero tenéis que estar unidos unos con otros para pedir a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo que salve a la humanidad.

 
Hijos míos, vosotros sois mis hijos de la Luz, vosotros sois mis guerreros, vosotros sois, de verdad, mis polluelos, mis pequeños polluelos y aquí yo derramo y derramaré Gracias, muchas Gracias para todos vosotros, vuestras familias, vuestros amigos, vuestros hijos; sed, hijos míos, de verdad hijos de Dios.


Quitaos las caretas, las mentiras, los odios, hijos míos, y viviréis felices, porque, de verdad, si vosotros buscáis a mi Dios vuestro Dios, nada os va a faltar, porque mi Dios y vuestro Dios es vuestro Creador, y vuestro Creador os ha creado para Él y por eso tenéis que luchar; sed fuertes, vivid el Evangelio de mi Hijo; buscad, hijos míos, y hallareis. Sí, hijos míos, sed limpios de corazón, y otra vez os mando: Sagrario, Sagrario, Sagrario; id al Templo, no una vez, hijos míos, muchas veces, porque allí está la Divinidad, mi Hijo de Amor esperándoos, para que vosotros tengáis una vida de amor, de verdad y seáis fortalecidos con el aroma de mi Hijo y el mío y buscareis al mundo para llevar la Palabra de mi Hijo.


No os fijéis, hijos míos, en unos y otros; que si uno es bueno, que si el otro es malo; no critiquéis, no habléis mal de vuestros hermanos, sino que pedid y rezad por ellos, aunque vosotros llevéis la verdad.


Solamente mi Dios vuestro Dios es Verdad, los demás, hijos míos, sois pobres pecadores y tenéis también vosotros que pedir por vosotros mismos, porque, hijos míos, todos, todos los hombres son pecadores; pedid por el Papa mucho, pedid mucho por él.


¡Ay hijos míos! cuántos secuaces hay detrás de mi hijo predilecto, que a veces también a este hijo mío no le dejan hacer aquello que él quiere hacer. Pero mirad, Yo soy su baluarte, soy su Madre y le estoy llevando por esos caminos de la pobreza, del amor y de la verdad. Queredle mucho, y pedid también por las instituciones religiosas, y por aquellos religiosos y religiosas que no llevan de verdad su vida; ¡cuántos han dejado de llevar sus reglas!; y tantos sacerdotes, hijos míos, que lloro por ellos, porque todo da igual, todo se compone en un circo a veces y eso mi Hijo está sufriendo mucho, porque las iglesias de mi Hijo las están haciendo circos.


La iglesia tiene que ser silencio, amor, cantos para endulzar los corazones de corazones; la Iglesia tiene que ser un sitio, no un sitio, sino un oratorio para dar culto a mi Hijo de Amor.


Vosotros tenéis que ser, hijos míos, respetuosos, y os digo también que vayáis moderadamente vestidos; id a los templos, hijos míos, con rectitud, y aquellos que vosotros veáis que van como a una sala de fiestas, como decís en la tierra, llamarles la atención y decirle que la Casa de Dios tiene que ser respetada.

 
Tomad, hijos míos, la Comunión en la boca; sí, porque solamente mis hijos, los Pastores que tenéis, son los que pueden dar la Comunión en sus manos; pero algunos no quieren llevar esto que tanto me agrada a mí, muchos rechazan que se dé en la boca.

Hijos míos, vosotros, todos los que podáis, tomadla en la boca y no en la mano, así lo quiero, hijos míos, que seáis hombres de verdad, mujeres de mi Hijo Jesús y de mi Corazón , así será, hijos míos.


Aquí hay una pausa y se oye el murmullo de una oración, es el momento de la Comunión del vidente que se la da la Madre:

Adoradle a Él, solamente a Él; adoradle a Él, adoradle, amadle, sed limpios, que Él os dará la fuerza para que caminéis con amor para el Amor.


Hijos míos, Yo os bendigo, pero como siempre, os bendice mi Dios Padre Creador, mi Hijo Salvador, el Espíritu Santo, mi Esposo Santificador, y Yo vuestra Madre Miriam, Corazón de María, Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz.


Esto, hijos míos, que habéis visto, que es el Cuerpo y Sangre de mi Hijo, ya os dije el mes pasado que habría una manifestación aquí en Faro de Luz, mi Casa, vuestra Casa.


Ahora tenéis lo más apreciado, lo mejor que podéis tener, la Santa Misa, y comulgad, comed el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo en vuestras almas.


Tú, pequeño, también puedes comulgar.


Adiós pequeños, adiós hijos míos, adiós.
Ntra. Madre en Monte Faro de Luz.

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