(Habla San Miguel Arcángel)
Ahora, Mis pequeños protegidos, que han
pasado estas Fiestas y Solemnidades los hay los Pequeños que se Han
Cubierto con la Preciosísima Sangre del Cordero Inmaculado de Dios y han
sido Sellados; los hay que alcanzaron a cubrirse con La Divina
Misericordia; los hay los que apelan a María Santísima Reina De El
Cielo; pero muchos de vosotros, la triste mayoría, ni Acompañaron a El
Señor, ni apelaron a Su Justa y Santa Misericordia en Cruz, ni mucho
menos piden que La Abogada y Perfecta Intercesora Vuestra los acoja con
su Protección Maternal.
Vosotros, que todo habéis desobedecido, que toda Gracia habéis rechazado, que ninguna Gracia habéis aprovechado VAIS MARCHANDO SOLOS CON VUESTRA ARROGANCIA AL FRENTE.
Y ahora llega el turno al Tentador que
os hará desesperar y caer; porque no quisisteis la Esperanza, porque no
confiasteis, porque en vuestra soberbia rechazasteis la ayuda de
vuestros Ángeles Custodios y de Toda La Corte Celestial que Ha Estado
expectante a vuestra mínima súplica para correr a defenderos, protegeros
y socorreros.
Vais solos, Pequeños del Cielo, y seréis tentados grandemente, como lo fueron Adán y Eva y como ellos caeréis.
¿Qué nada habéis aprendido del Amor del
Cielo? ¿Qué nada habéis aprendido de vuestros primeros padres y cómo
anduvieron errantes sin Dios por generaciones?
¡Vosotros no habéis sido mejores y como
vuestros primeros padres habéis desobedecido y solos andáis porque así
lo habéis querido!
No os digo más, Pequeños Amados del
Padre, porque no escucháis: Hacéis sordos vuestros oídos a toda
advertencia y amonestación; no pronunciáis La Verdad Revelada con
vuestras bocas y no guardáis vuestros ojos del mal. Os habéis
acostumbrado a él, como vuestra forma de vida y con ello estáis
decidiendo vuestro destino último.
Estas amorosísimas advertencias han sido para que volteéis al Cielo y os Salvéis, pero no habéis querido.
(Habla Nuestro Señor Jesucristo)
Pequeños,
Mi
Misericordia no cierra para vosotros nunca, pero los desastres se
suceden unos a otros y si no aprovecháis EL DÍA DE HOY, cada día se os
hará más difícil Regresar a Mí, porque cada vez la oscuridad es mayor y
El Tentador os bloquea los Caminos del retorno.
Debéis tomar cada día en cuenta como el
último para vuestra Salvación porque, Mis Niños Amados, una vez que os
alcance la muerte YA NO HABRÁ CÓMO APELAR A MI DIVINA MISERICORDIA y no
conocéis ni el día ni la hora en que EL Padre tiene destinado para
vuestra partida; así que tomad una tarde para iros a confesar, -previo
examen de conciencia- y dejad ese pecado que os condenará HOY, antes de que sea demasiado tarde para vosotros.
Vuestro Amantísimo Señor,
Jesucristo de Nazaret
No hay comentarios:
Publicar un comentario