27 ago 2015

Mensajes 25-jun a 25-ago 2015: Medjugorge

Mensajes de la Virgen

Mensaje del 25 de agosto de 2015

“¡Queridos hijos! También hoy os invito a que seáis oración. Que la oración sea para vosotros las alas para el encuentro con Dios. El mundo se encuentra en un momento de prueba porque ha olvidado y ha abandonado a Dios. Por eso, hijitos, sed aquellos que buscan y aman a Dios sobre todas las cosas. Yo estoy con vosotros y os guío hacia mi Hijo, pero vosotros tenéis que dar vuestro “SÍ” en la libertad de los hijos de Dios. Intercedo por vosotros, hijitos, y os amo con un amor infinito. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”.

Mensaje del 2 de agosto de 2015

“Queridos hijos, Yo, como Madre que ama a sus hijos, veo qué difícil es el tiempo en el que vivís. Veo vuestro sufrimiento. Pero debéis saber que no estáis solos. Mi Hijo está con vosotros. Está en todas partes: es invisible, pero lo podéis ver si lo vivís. Él es la luz que os ilumina el alma y os concede la paz. Él es la Iglesia que debéis amar y por la que siempre debéis orar y luchar; pero no solo con las palabras sino con las obras de amor. Hijos míos, haced que todos conozcan a mi Hijo, haced que sea amado, porque la verdad está en mi Hijo nacido de Dios, Hijo de Dios. No perdáis el tiempo en reflexionar demasiado, os alejaréis de la verdad. Con un corazón simple aceptad Su Palabra y vividla. Si vivís Su Palabra, amaréis con un amor misericordioso. Os amaréis los unos a los otros. Cuanto más améis, más lejos estaréis de la muerte. Para aquellos que vivan la Palabra de mi Hijo y la amen, la muerte será la vida. ¡Os doy las gracias! Orad para que podáis ver a mi Hijo en sus pastores, orad para que lo podáis abrazar en ellos.

Mensaje del 25 de julio de 2015

“Queridos hijos, también hoy con alegría estoy con vosotros y os invito a todos, hijos míos: orad, orad, orad para que comprendáis el amor que tengo hacia vosotros. Mi amor es más fuerte que el mal, por eso, hijos míos, acercaos a Dios para que podáis sentir mi gozo en Dios. Sin Dios, hijos míos, no tenéis futuro, no tenéis esperanza ni salvación, por eso dejad el mal y elegid el bien. Yo estoy con vosotros y con vosotros intercedo ante Dios por todas vuestras necesidades. ¡Gracias por haber respondido mi llamada!”

Mensaje del 2 de julio de 2015

“Queridos hijos, os invito a difundir la fe en mi Hijo, vuestra fe. Vosotros, mis hijos, iluminados por el Espíritu Santo, mis apóstoles, transmitidla a los demás, a aquellos que no creen, no saben y no quieren saber. Por eso vosotros debéis orar mucho por el don del amor, porque el amor es un rasgo distintivo de la verdadera fe, y vosotros seréis apóstoles de mi amor. El amor revive siempre y de nuevo, el dolor y el gozo de la Eucaristía, revive el dolor de la Pasión de mi Hijo, con la cual Él os ha mostrado lo que significa amar inmensamente; revive el gozo de haberos dejado Su Cuerpo y Su Sangre para nutriros de sí mismo y ser así uno con vosotros. Al miraros con ternura siento un amor inmenso, que refuerza en mí el deseo de conduciros a una fe firme. Una fe firme os dará en la Tierra gozo y alegría y al final, el encuentro con mi Hijo. Ese es Su deseo. Por eso vividlo a Él, vivid el amor, vivid la luz que os ilumina siempre en la Eucaristía. Os pido que oréis mucho por vuestros pastores, que oréis para que tengáis el mayor amor posible hacia ellos, porque mi Hijo os los ha dado para que os nutran a vosotros con Su Cuerpo y os enseñen el amor. Por eso amadlos también vosotros. Sin embargo, hijos míos recordad: el amor significa soportar y dar, y jamás, jamás juzgar. ¡Os doy las gracias!”

Mensaje del 25 de junio de 2015

«¡Queridos hijos, también hoy el Altísimo me concede la gracia de poderos amar y de llamaros a la conversión. Hijos míos, que Dios sea vuestra mañana, no la guerra ni el desasosiego, no la tristeza sino la alegría y la paz deben reinar en los corazones de todos los hombres, y sin Dios nunca podrán encontrar la paz. Hijos míos, por eso regresad a Dios y a la oración para que vuestro corazón cante con alegría. Yo estoy con vosotros y os amo con inmenso amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!»

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