16 may 2016

Mensaje 8 may 2016 - Jacarei

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

“Mis Queridos Hijos, hoy, cuando ya están conmemorando aquí el aniversario de Mis Apariciones en Fátima, Yo vengo una vez más para decirles: “Soy la Señora del Rosario.”

Yo verdaderamente aparecí en la Cova da Iria* en Fátima, para a través de Mis Tres Santos y Benditos Pastorcillos, llamar a todo el mundo a la oración, a la conversión y al amor. Todas Mis Apariciones en Fátima tenían por única finalidad: llamar a todos Mis Hijos al amor.

La Oración, el Rosario, el Sacrificio ofrecido a Dios, eran los medios para que Mis Hijos llegasen a ésta unión de Amor Perfecto para con Dios. Por eso, Mis Apariciones en Fátima son un llamado vehemente de Mi Inmaculado Corazón al amor, Mis Apariciones en Fátima son un llamado al amor.

A través de Mis Tres Pastorcillos, llamé a todos Mis Hijos a no ofender más a Dios con pecados graves, a amarlo, obedecer Su Ley de Amor, vivir en Su Gracia, vivir una vida de perfecta unión con Él por medio de la oración del Rosario, del Sacrificio, de los Actos de Amor, de los Actos de Penitencia y Sacrificio, y de la entrega total de la vida de cada uno, para vivir una vida de amistad con Dios, adorándolo y amándolo profundamente como el Ángel de la Paz y como Yo, enseñamos a Mis Pastorcillos a hacer.

Mis Apariciones en Fátima son un llamado vehemente al amor, porque a través de Mis Pastorcillos, Yo pedí más amor a Mi Corazón Inmaculado, pedí que Mis Hijos no clavasen más las espinas de los pecados en Mi Corazón, que los quitasen con actos de desagravio, con el Rosario, con la devoción de los 5 primeros sábados* y sobretodo, con una vida santa, viviendo Mi Mensaje de Fátima todos los días de su vida, viviendo por lo tanto, una vida de amor sincero para Conmigo.

Por eso, el Mensaje de Fátima es un mensaje de amor, un mensaje que hasta hoy no es comprendida en su esencia, en su cierne, en su corazón.

Cuántos quedan apenas en la exterioridad, en la superficialidad de Fátima, se contentan apenas con rezar algunas Coronillas, algunas Oraciones, a hacer algunas penitencias de rodillas. Pero el cierne, el corazón del Mensaje de Fátima es el amor.

Lo que Yo vine procurar en la Cova da Iria en Fátima fue el amor. En primer lugar el amor de Mis Tres Pastorcillos, y en ellos Yo encontré el Verdadero Amor. Después en Mis Hijos, en estos Yo no encontré el Verdadero Amor.

En Mis Pastorcillos que Me dijeron “Sí” con tanta generosidad y tanto amor, ya desde Mi Primera Aparición, aceptando todo lo que Dios les enviase, todos los sufrimientos y ofreciendo todo con Acto de Amor, desagravio a Dios, y Acto de Amor y súplica, de Sacrificio por la salvación de los pecadores, en ellos Mi Corazón verdaderamente encontró el Amor Verdadero, sincero, generoso, profundo, constante, obediente, sin reservas, incondicional, irrestricto y sin límites que Yo tanto deseé.

Sí, en ellos Mi Corazón se saciaba, porque a todo momento, ellos Me daban Actos de Amor, Oraciones de Amor, Sacrificios de Amor y por eso, en ellos, Mi Corazón se complacía y se satisfacía e igualmente el Corazón de Mi Hijo Jesús.

Infelizmente en los otros Mis Hijos ni en todos encontré este amor. Procuré por toda la tierra durante 70, 80 años hasta encontrar aquí en Jacareí un alma semejante a Mis Pastorcillos de Fátima, que fue capaz de darme un “Sí” profundo, total, perseverante, irrestricto y sin reservas como la de ellos. Un alma capaz de sufrir todo por Mí, de abrazar todos los trabajos, fatigas, canseras, dolores, cruces por Mí. Es Mi Hijo Marcos Tadeu, Mi Cuarto Pastorcillo.  

En él también Mi Corazón se complace, halla sus complacencias, se satisface, porque él Me ofrece durante todo el día Actos continuos de Amor, esfuerzo de Amor, trabajo de Amor, renuncias de Amor, sacrificios de Amor, abnegación de Amor, olvido de sí mismo y de su voluntad por Mi Amor.

Por eso, es que Yo lo califiqué de: “Llama incesante de Amor”. Sí, él es esa Llama, Acto incesante de Amor por Mí, que como Mis Pastorcillos, se consume todo el día como una vela, dándome el calor de su amor e iluminando las tinieblas de este mundo con la luz de esta Llama de Amor que hago arder en su pecho como hice en Mis Pastorcillos ya en la Primera Aparición, haciéndolos arder en esta Llama inflamadora de Amor que es el propio Espíritu Santo, que es Dios.

Por eso Mis Hijos, hoy les llamo a también ser Llamas incesantes de Amor, como Mis Pastorcillos de Fátima, como Mi Hijito Marcos, dándome todo su “Sí”, todo su amor, todos los días de su vida.

Es por eso que Mi Hijito Marcos comprendió tan temprano el cierne, el corazón del Mensaje de Fátima y lo vivió. Porque solamente las almas inflamadas de amor y capaces de un amor ilimitado y sin reserva por Mí como Mis Pastorcillos, pueden comprender el cierne del Mensaje de Fátima y el corazón de ello, que es el amor, el amor en pura transformación, al cual sólo llegan las almas de ilimitado amor, de amor sin reservas, sin límites por Mí.

Sean almas de amor sin límites por Mí. Sean llamas intensas, continuas de amor por Mí, dándome su “Si” como Mis Pastorcillos, como Mi Hijo Marcos, aceptando todos los trabajos, fatigas, canseras, dolores, cruces por Mí y por la salvación de las almas, por el Señor y por la venida de Su Reino a la tierra.

Para que así, verdaderamente, sus almas sean almas de ilimitado amor, de inflamado amor y verdaderamente en ustedes, Mi Corazón Inmaculado pueda también complacerse, alegrarse, satisfacerse y en fin, encontrar la alegría de verse perfectamente amado por un Hijo Mío que Me da todo y nada Me niega.

Sí, sean Llamas incesantes de Amor como Mis Pastorcillos de Fátima, como Mi Cuarto Pastorcillo de Jacareí, viviendo siempre más una vida de Verdadero Amor Conmigo, viviendo la Verdadera Consagración a Mí hecha de amor, dándome todo, nada negándome, renunciando a su voluntad, a su opinión, a su carne, al mundo y a todo más por Mí, por el Señor y por las almas.

Entonces, conocerán también el cierne, el corazón de Mi Mensaje de Fátima, conocerán el mayor secreto de Fátima, mayor que aquel que Yo di en tres partes a Mis Pastorcillos: el secreto del Amor, del Amor mayor, del Amor sin límites de Mi Corazón por Mis Hijos, del Señor por la humanidad entera, que Me envió sobre la pobre encina de la Cova da Iria, para llamar a todos Nuestros Hijos de vuelta a Nosotros, por el camino del Amor Verdadero, del “Sí”, de la entrega total de sus vidas a Nosotros, para que Nosotros podamos llenarlos a todos con Nuestra Llama de Amor.

Entonces, si hicieren eso, Mi Llama de Amor irrumpirá poderosa todas las barreras y obstáculos del mundo y Mi Corazón Inmaculado triunfará finalmente, inflamado a todos con Mi Llama de Amor y transformando a todos en otros tantos Pastorcillos que darán a Dios la adoración más perfecta, el amor más perfecto y a Mí también, el cariño, el amor y el consuelo más perfectos de todo el universo.

Si ustedes Mis Hijos, Me dieren este “Sí”, Mi Corazón Inmaculado derramará Mi Llama de Amor sobre todos ustedes y el Segundo Pentecostés vendrá, transformando la faz de la tierra entera. Y entonces, el Mensaje de Fátima finalmente se cumplirá y el mundo se transformará en el Reino de Amor del Corazón de Mi Hijo Jesús, de Mi Corazón y también de José.

Y entonces, todas las almas vivirán en Dios y Dios vivirá en todos Sus Hijos.

Continúen rezando Mi Santo Rosario todos los días. Continúen rezando Mi Rosario, para que así, verdaderamente, a cada día más, Yo pueda predisponer sus almas a recibir Mi Llama de Amor y a renovarlos completamente, transformándolos en copias vivas de Mis Pastorcillos de Fátima.

A todos Yo bendigo con amor: de FÁTIMA… de BONATE… y de JACAREÍ.”

*Cova da Iria: Literalmente “Cueva de la Paz”.

*5 primeros sábados: Consiste en comuniones reparadoras al Inmaculado Corazón de María. Debe realizarse los primeros sábados de cada mes en un lapso de 5 meses seguidos. Devoción pedida por el Niño Jesús a Sor Lucía Dos Santos, Vidente de Fátima, posteriormente a los sucesos de dichas Apariciones.
MENSAJE DEL BEATO FRANCISCO MARTO


“Amados Hermanos Míos, Yo, Francisco Marto, Siervo de la Madre de Dios y Pastorcillo de Su Corazón, Me alegro por venir hoy una vez más con Ella para bendecirles y también para decirles: “Sean Llamas Vivas de Amor como Yo fui, como Mi Hermana Jacinta fue, como Mi Prima Lucía fue, de Amor por Dios y por la Madre de Dios. Para que verdaderamente, su vida sea como la Nuestra, un Himno incesante de Amor a Dios y a la Madre de Dios, que lo desagravie, que lo consuele y que produzca la conversión de muchos pobres pecadores.”

Sean Llamas Vivas de Amor, rezando muchos Tercios* como Yo recé durante toda Mi vida, para consolar a Jesús y María, y para darles amor, cariño y salvar almas para darles almas.

Sean Llamas Vivas de Amor, llorando como Yo tantas ofensas con que el mundo hiere, daña el Divino Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María.

Sí, es verdad que Mi padre muchas veces me veía llorando de noche y al preguntarme por qué lloraba, Yo le respondía: “Lloro, porque Nuestro Señor y Nuestra Señora están tan tristes por tantos pecados del mundo. Quiero consolar a Jesús, quiero consolar a Nuestra Señora, quiero sufrir por Su Amor.”

Sean también así, consuelen a Jesús, consuelen a Su Madre Santísima, sufriendo todo con paciencia por amor a Ellos, aguantando todo por amor a Ellos, viviendo una vida de Amor Verdadero a Ellos, llorando sus pecados y los pecados del mundo entero con que Ellos son ofendidos.

Y por fin, como Yo, sean Llamas Vivas de Amor, aspirando, deseando siempre el Cielo como Yo, que siempre decía: “No quiero ser Sacerdote, no quiero ser Médico, no quiero ser nada. Quiero ir para el Cielo para consolar a Jesús y María.”

Sea ese su mayor deseo: consolar a Jesús y María, con su vida llena de penitencia, de oración y como la Madre de Dios acabó de decirles muy bien, no quedando solamente en la superficialidad del Mensaje de Fátima y del Mensaje de Jacareí, reduciendo todo apenas en prácticas de piedad.

Entren en el cierne, en el corazón de estos Dos Mensajes, que es una sola cosa: el Amor, el Amor sin reservas, sin límites a Dios, que les hace morir completamente para ustedes mismos, para su voluntad personal en el día a día, para sólo hacer la Voluntad de Dios, sufrir todo por Dios y por Su Madre y como Nosotros, los Pastorcillos de Ella y como todos los Santos que más la amaron, sólo vivir de amor por Ella y sólo morir de amor por Ella.

A ti Mi Amadísimo Marcos, que continúas y terminas aquello que la Madre de Dios comenzó con Nosotros en Fátima. A ti, que eres Nuestro dulce y tierno hermano, del cual, Nosotros tenemos un gran celo y un gran cuidado. A ti hoy, Yo derramo las más copiosas bendiciones del Señor y de la Madre de Dios. 

También derramo sobre ti grandes Gracias que Yo granjeé con Mis sufrimientos, méritos, tercios, dolores, para que verdaderamente, puedas continuar y terminar esta gran obra comenzada por la Madre de Dios en Fátima y que aquí será llevada a su pleno triunfo, a su pleno éxito.

Sé fuerte y exige que todos los que estuvieren a tu lado, también sean fuertes como tú, pues, una gran obra como ésta, exige almas de amor puro, almas inflamadas de amor puro, almas inflamadas, ardientes de amor. Tibios y fríos, almas de poco amor, no sirven para estar aquí. Por eso, exige de todos a cada día más: amor, sacrificio, donación, fortaleza, coraje y valor, mucho valor, porque solamente los valerosos llegarán en el triunfo del Inmaculado Corazón de Nuestra Reina Santísima.

Y mientras a ti, descansa siempre en Mi Amor, en el Amor de Jacinta y en el Amor de Lucía, porque Nosotros te amamos mucho y estamos siempre muy atentos a la voz de tus súplicas. Ven y pide a Nosotros lo que quieras.

La Señora nos consideró dignos de recibir el gran milagro del sol que toda la multitud vio en la Última Aparición de Ella a Nosotros. La Señora también te consideró digno de las mismas señales en el inicio de las Apariciones, que toda aquella multitud que venía aquí, vio y confirmó.

Por eso, debes sentirte feliz, porque eres una de las almas más afortunadas, ricas, predilectas y amadas del Señor y de Su Madre. Eres una de las almas más bien consideradas por Él, el Señor y Su Madre y por eso, a nada y a nadie debes temer y nunca desanimar.  

Ve adelante porque todo lo que pidieres a Nosotros, la Señora, Nuestra Reina, te dará y Nosotros ofreceremos todos Nuestros Merecimientos y súplicas por ti.

Ve Mi Amado Hermano, recibe ahora Nuestro amplexo* profundo e inflamado de amor y Nuestra bendición.


  
*Tercios: Consiste en rezar el 1/3 del Santo Rosario (5 Padres Nuestros y 50 Ave Marías). El Santo Rosario está compuesto de 15 Padres Nuestros y 150 Ave Marías, sin contar los Misterios de Luz establecido recientemente por el Papa Juan Pablo II. El Beato Francisco Marto tenía la costumbre de rezar sólo el tercio del Santo Rosario todos los días. La Madre de Dios pide en Sus Mensajes de Jacareí, de rezar el “Santo Rosario” todos los días, o sea, no solo 50 Aves Marías por día sino 150 Aves Marías por día.

*Amplexo: Abrazo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario