Aleluya, Aleluya. Hijos de Dios, vuestra vida debería ser un Aleluya
constante, porque sabéis y creéis que el Redentor murió por vosotros y os libró
de la perdición eterna. Yo, Jesús, os hablo.
Quien se pierda eternamente será por
su propia voluntad, porque Yo vuestro Redentor os dejé toda clase de medios para
ayudaros a vencer el pecado y toda clase de tentaciones. Pero vosotros, hijos,
debéis usar adecuadamente esos medios y además debéis hacerlo asiduamente, pues
asiduamente tenéis tentaciones, fallos y batallas que librar. Ahí tenéis la devoción de Mi Sagrado Corazón
cargada de gracias, de promesas. Una espiritualidad completísima para el alma
que quiera santificarse. Ahí tenéis la devoción a Mi Divina Misericordia, que
debería ser más propagada y practicada por los sacerdotes. Ahí tenéis el Santo
Rosario a Mi Santa Madre, lleno de indulgencias y de gracias cuando se reza en
las debidas disposiciones. Y tantas y tantas devociones como Yo mismo he
inspirado y están aprobadas por la iglesia.
Pero vosotros, hijos, seguís los
medios de comunicación y todo lo que os lanzan sin escrúpulo alguno. Hoy día un
verdadero cristiano que quiera santificarse de verdad y vencer el mal debería dejar
de ver la televisión, que no os trae más que basura y contaminación para
vuestras almas y para deformaros las conciencias. No porque un medio esté
legalizado debemos admitir que sea bueno, no lo es, y sin embargo, a los niños
los imbuís de sus trasmisiones constantemente y ya desde pequeños estáis
deformando los criterios y las conciencias de los peques. Yo, Jesús, os hablo.
Sed consecuentes con vuestra fe. Muchos
de vosotros deseáis crecer en virtud y veis lo mucho que os cuesta. Debéis orar
y acercaros a Mi Sagrario donde os espero anheladamente, y me llenáis de alegría
cuando Me dedicáis un tiempo, aunque sea poca cosa. Debéis de visitarme sabiendo
que además de que Me llenáis de alegría estoy deseoso de daros gracias para que
caminéis rectamente y venzáis el mal, que hoy en día está en todo su apogeo. Sí
hijos, sí, venid a Mi Sagrario, venid a la adoración del Santísimo los que podéis
hacerlo. Actualmente en varias ciudades se está implantando la Adoración Perpetua
y debéis acudir a visitarme allí, para que salgáis con muchas gracias que Yo
concedo a los que vienen a adorarme en el Santísimo Sacramento. Yo, Jesús, os hablo
y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo cree y lo pone en práctica.
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