31 ene 2017

Mensaje 29 ene 2017 - Jacarei - Como van a soportar lo que ha de venir si no se hacen santos...

MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA



“Queridos hijos, hoy, cuando ustedes comienzan la novena del aniversario de Mis Apariciones aquí, llamo a todos ustedes una vez más al Verdadero Amor.

Dejen Mi Llama de Amor entrar en sus corazones y transformarlos completamente en Mi Morada, en la Morada de Dios.

Dios sólo habita donde hay amor. Si en el alma de ustedes no hay el amor por Él, Dios no está ahí.

Por eso hijitos, renuncien a todas las cosas mundanas y a la voluntad de ustedes, para que entonces haya amor en ustedes por Dios y Dios venga entonces a morar en ustedes y con ustedes alegremente.

Agradezcan a Dios por Yo estar aquí durante tantos años, guiando a ustedes por el sendero de la santidad que agrada y da Gloria a Él.

Ustedes deben verdaderamente en estos días abrir más sus corazones a Mi Amor, quererlo, desearlo con todas las fuerzas y desear Mi Amor es: renunciar a todo aquello que es contrario a Mí y buscar Mi Voluntad y hacerla su voluntad. Cuando la voluntad de ustedes confluya para la Mía, cuando la voluntad de ustedes se conforme con la Mía, al punto de que la Mía se torne la voluntad de ustedes, entonces, Mi Llama de Amor se manifestará con todo poder en ustedes, transformándolos en los Grandes Santos que Yo vine procurar aquí y que Yo ya pedí en Mi primera aparición aquí en 1991 que hubiesen.

Recen Mis hijos porque los tiempos son malos. Todos aquellos que no estuvieren aquí en esta fortaleza invencible de fe, amor y oración, que Yo construí aquí a través de la persona y del trabajo de Mi hijito Marcos, de los Rosarios Meditados que él hizo para Mí, de las películas, horas de oración, Trecenas, Setenas, cenáculos, todo aquél que no estuviere aquí en esta fortaleza espiritual caerá en la confusión espiritual, perderá la fe y su salvación.

Vengan para el refugio seguro que Mi Corazón Inmaculado construyó y preparó para ustedes, que es este Mi Santuario.

Sí, por Mis Lágrimas unidas a las lágrimas de Mi hijito Marcos, por Mis Dolores unidos con los que él sufrió por Mí, esta fortaleza invencible fue levantada y construida aquí para ustedes, para salvarles en este tiempo de apostasía, predominio del pecado y de Satanás.

Sean fieles, perseverantes en esta Mi Escuela de Santidad, en esta Mi fortaleza invencible de amor que aquí levanté. Si ustedes permanecieren fieles, la apostasía no podrá matar el alma de ustedes y mientras el resto del mundo termina de sumergirse en la apostasía, en la falta de fe, en la violencia, en el pecado y en las tinieblas de Satanás, aquí siempre ustedes tendrán la luz, la luz que emana de Mi Corazón Inmaculado, la luz de la Mujer Vestida de Sol que aleja toda tiniebla, que destruye toda tiniebla, toda oscuridad.
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Por eso hijitos, perseveren con el rosario en la mano, mostrando que ustedes verdaderamente Me aman y Me obedecen. Suceda lo que suceda, nunca dejen el Rosario. Ello será la fuente y el camino de la victoria para todos ustedes. No hay alma que jamás se haya condenado si hubiera rezado Mi Rosario. El Rosario es medio cierto de salvación, récenlo y ustedes jamás verán las llamas del infierno.

Deseo que aquí verdaderamente hayan muchos hijos Míos que tengan un corazón semejante al de los Santos, semejante al de Mi Bernadette, al de Mi Gerardo, al de Mi Alfonso, de Mis Pastorcitos de Fátima, La Salette y todos los Santos. Corazones que Me amen con todas sus fuerzas, que Me obedezcan incluso en la persecusión y en el sufrimiento, que sean capaces de cargar cruces por Mí, que sean capaces incluso de dar la vida por Mí. Si ustedes Mis hijos no tuvieren un amor abrasado así ¿Qué será de ustedes cuando llegue la persecusión final, cuando llegue la última y gran tribulación? ¿Qué será de ustedes cuando fuego caiga del cielo, cuando aquel fuego que profeticé en Akita, en el Japón, caiga sobre toda la humanidad? ¿Qué será de ustedes cuando la tierra sea sacudida por más de 50 terremotos juntos como Yo dije aquí, en El Escorial y en tantos lugares? ¿Qué será de ustedes Mis hijos?

Ustedes deben por lo tanto dilatar más sus corazones para una capacidad mayor de amar a Dios y a Mí, para que así, siendo fuertes en el amor, ustedes puedan aguantar todo, sufrir todo por Mí, para que un día puedan ser coronados por Mí como vencedores, como Mis pequeñas almas víctimas que en este tiempo de la gran tribulación todo sufrieron por Mi Amor y prefirieron antes sufrir todo y hasta perder todo, que perderme, que perder a Jesús.

Hagan del lema maravilloso de Mi hijito Marcos un lema de ustedes: “O vivir para María o morir.” Él vivió eso durante todos estos 26 años. Por eso, nunca cayó, nunca desfalleció, nunca desanimó, incluso cargado con una cruz pesadísima para la salvación de tantas almas. Incluso cargado con esa cruz, él no desanimó, fue adelante e incluso sufriendo, incluso cargado con la cruz, Me amó, Me probó su amor no con palabras, no con meras promesas, pero con obras, obras de amor y con sufrimientos de amor soportados pacientemente por Mí. Y aún, incluso cargado con la cruz, nunca dejó la oración y siempre trabajó y mucho para tornarme conocida y amada, y para levantar aquí esta fortaleza invencible de fe, amor y oración, a través de estos Rosarios Meditados, de estas horas de oración, de las películas y de todo lo que él hizo por Mí.

Verdaderamente aquí la apostasía no entra, aquí Satanás no puede hacer nada, nada contra Mí, porque Mi hijo Marcos hizo aquello que se lee en el Apocalipsis 12, la tierra que se levanta en socorro de la Mujer Vestida de Sol. Él es la muralla de tierra que se levantó para ayudarme, para defenderme, para sufrir Conmigo, para luchar Conmigo por la salvación de todos Mis hijos y para tornarme cada vez más conocida, amada y obedecida.

Aquí el río de aguas que el dragón vomita y sumerge a toda la humanidad en el pecado, aquí este río es detenido y no puede sumergir la Verdad, Mi Obra de salvación. Por eso hijitos, hagan de sus vidas aquello que Mi hijito Marcos hizo, hagan de sus vidas su lema: “O vivir para María o morir.” Y ustedes también tendrán un corazón de Ángel, un corazón de Santo que solo sabe amarme, que solo sabe amar a Dios y serán verdaderamente aquella tierra que se levantará para detener el vómito del dragón infernal y juntamente con él, Conmigo, ustedes también un día vencerán y cantarán victoria.

A todos Yo bendigo con amor ahora: de LOURDES… de FÁTIMA… y de JACAREÍ.”


MENSAJE PRIVADO PARA CARLOS TADEO, PADRE ESPIRITUAL DEL VIDENTE (Cada día 28 de cada mes, Carlos recibe un mensaje de San Judas Apóstol.)

MENSAJE DE SAN JUDAS TADEO APÓSTOL


“Amado hermano Carlos Tadeo, hoy, vengo a darte el mensaje que debería haber dado ayer.

Vengo del Cielo una vez más con gran amor para bendecirte y decirte: “Te amo y te guardo en la palma de Mis manos.”

Nada debes temer porque Yo Soy contigo y contigo también es la Madre de Dios.

Te amo, te amo con la fibra más íntima de Mi Corazón.

Cuando Yo estaba en la tierra predicando a los paganos el Evangelio y Me cansaba, Me fatigaba, caminando sobre el sol ardiente en caminos polvorientos, predicando a los paganos y muchas veces siendo despreciado, hostilizado y expulsado por ellos de sus Ciudades, Yo sentía como es muy natural una gran tristeza y un gran desánimo por ver a los hombres rechazando el Amor del Señor Jesús, rechazando la Verdad, rechazando también a Su Madre Santísima y Yo lloraba.

Mi humanidad se resentía de aquel rechazo, sin embargo Mi espíritu estuviese fuerte y decidido a continuar yendo hasta los confines del mundo para anunciar a Jesús. Mi humanidad se resentía, Mi humanidad sufría, se afligía. Entonces, Me era dado ver en visión muchas y muchas veces a Nuestro predilectísimo Marcos y también a ti.

Sí, vi a Nuestro predilectísimo Marcos haciendo de su vida este bellísimo lema: “O vivir para María o morir.” Y eso Me consolaba, saber que en el futuro habría un alma que amaría tanto a Mi Señora, Mi Reina y Mi Madre.

Y también Me consolaba al verte a ti juntamente con él, aprendiendo a ser Santo, aprendiendo a amar a María como él y aprendiendo a despreciar las cosas mundanas y hasta de las cosas lícitas, para vivir sólo para María, para servir a María, alabar a María, bendecir a María y producir en la tierra el triunfo de María.

Sí, la visión de estas dos bellísimas almas, la de Nuestro amadísimo Marcos y la tuya, Me consolaba. Entonces, secaba las lágrimas, Me lavantaba decididamente y seguía adelante anunciando a Jesús, anunciando la Verdad a todos los pueblos y aguantando con amor y paciencia todos los malos tratos y rechazos que recibía por amor a Ellos.

¡Ah amado hemano! Cuantas veces Me consolaste. Cuantas veces verte rezando el Rosario para María, haciendo cenáculos para María, amando y alabando a María, cuanto Me consoló. Cuanto Me dio ánimo para ir adelante, porque Yo sabía que Mis esfuerzos, Mis sacrificios y sufrimientos no serían en vano, porque la Madre de Dios Me aparecía muchas veces y Me decía que tú serías un fruto de Mi martirio, de Mi sangre derramada por Jesús y por Ella.

¡Ah! Cuanto eso Me consolaba y Me daba fuerzas para ir adelante, anunciando a Jesús. Ese pensamiento, ese conocimiento también Me dio mucho confort en la hora de Mi martirio como ya te dije otras veces. El hecho de saber que Mi sangre derramada, Mi sacrificio, produciría un fruto bellísimo para Jesús y María, que eres tú, eso Me dio coraje, fuerza y ánimo para colocar la cabeza decididamente sobre el tronco, para que allí recibiese el golpe que hizo Mi alma volar para la Gloria Eterna.

¡Oh Mi hermano! Cuanto te amo y cuanto verdaderamente Soy feliz por ver que Mi martirio no fue desperdiciado, pero ha sido muy bien aprovechado por ti. Esos Méritos de Mi martirio en ti dieron y darán aún mucho fruto y verdaderamente el ofrecimiento que hice de Mi vida por ti, ha sido bien aprovechado por ti. Bendecido seas por haber tenido en tu corazón amor, generosidad, bondad para decir “Sí” a María, para creer incluso antes de ver las señales.

Bienaventurado, bendito, bendecido eres tú, que tuviste el coraje de amar, de creer, de obedecer a María, incluso sin pruebas, incluso sin confirmaciones, creyendo puramente por la fe. Bendecido eres y bendecido serás aún más porque cuanto más la Llama de Amor crezca en tu corazón, tanto más la Madre de Dios actuará en ti y realizará maravillas y prodigios en ti. Y cuanto más obras de amor tú hagas y harás ciertamente para María, más digno de nuevas gracias tú te tornas. Y cuanto más tu amas el hijo predilectísimo de la Madre de Dios, aquél que Ella profetizó en las Apariciones de Quito para Nuestra amadísima Mariana de Jesús Torres, que sería el gran apóstol que quitaría la Aparición de Ella de lo oculto y del olvido, bien como todas las otras Apariciones, aquél que sería aquél que inclusive mantendría en estos tiempos de oscuridad y apostasía la llama de la fe encendida, mientras las de todos se apagarían, inclusive de muchos Videntes, que sin embargo siendo escogidos y muy amados por la Madre de Dios, se dejarían contaminar por la apostasía y perder la fe, perder el amor, perder la Gracia de Dios.

Sí, Nuestro amadísimo Marcos que será como la Madre de Dios. Mientras todos los Apóstoles perdían su fe en Jesús, incluso Juan y Magdalena, Ella quedó de pie junto a la cruz como la única que creía en la resurrección. Fue la única llama en medio de las grandes tinieblas que cercaban el calvario y la humanidad.

Sí, y Nuestro amadísimo Marcos en estos tiempos de la gran oscuridad, es esa llama, es esa luz que brilla, que arde, que ahuyenta las tinieblas. Y así como en el calvario, hasta el sol oscureció para mostrar la pérdida de la fe de los Apóstoles, para figurar la pérdida de la fe de Ellos y de tantos en la Divinidad de Cristo, pero permaneció Su Madre como llama encendida, así Nuestro amadísimo Marcos en los tres días de tinieblas, sobrará como una luz en medio de la oscuridad a disipar las tinieblas y entonces, la luz brillará, la luz se irradiará de aquí para el mundo entero. Y entonces, las tinieblas se disiparán, el sol volverá a brillar y un nuevo tiempo de luz y de gracia vendrá al mundo.

Y tú juntamente con Nuestro amadísimo Marcos serás parte de esa luz, parte de esa llama. Queda por lo tanto unido a aquél que la Madre de Dios te dio como hijo espiritual, para que siempre seas la luz e irradie la luz.

Y nuevamente repido aquello que Ella dijo: “Así como no hubo mayor honra y gracia para San José, que ser Padre Adoptivo del Hijo de Dios, no hay mayor gracia para ti que ser padre espiritual de aquél que la propia Madre de Dios amó, escogió y favoreció más que a muchos reinos y naciones de la tierra juntos en estos 26 años.”

Tú fuiste el escogido y por eso debes alegrarte, porque verdaderamente fue dado a ti una honra mayor que a muchos reyes y de muchos grandes hombres del pueblo de Dios juntos. Por eso amado hermano, alegra tu corazón y rejubílate porque grande es el amor que te escogió. Escoge siempre ese amor y permanecerás siempre en ese amor.

Yo, Judas Tadeo, te amo mucho y también verdaderamente quiero revelarte más una cosa grandiosa: “Cuando Nuestro Señor estaba en el Monte Tabor con los tres Apóstoles, Yo que permanecí abajo, también fui favorecido con muchas visiones, y una de ellas, te vi amadísimo hermano, y conocí cuanto Dios te amaría, cuanto la Madre de Dios te amaría y entonces, pedí a Nuestro Señor que Me diese el favor, la gracia de rezar y ofrecer todas Mis obras por ti, sin embargo no conociese el tiempo ni las circunstancias en que vendrías al mundo. Me condeció el Señor ese gran favor y a partir de entonces, todos los días, siempre cuando rezaba, siempre cuando también podía hablar con Jesús y pedir a Nuestro Señor cualquier cosa, siempre pedía a Él y a Su Madre por ti. Para que Ellos te diesen gracias de amor cuando vinieses al mundo, cuando tú vinieses al mundo. Y Ellos siempre Me decían sí y siempre te bendecían a Mi pedido.”

Por eso, cree siempre que tú tienes en el Cielo un gran abogado que está verdaderamente dispuesto a rezar por ti, a abogar por ti y a defenderte en todos los momentos y en todas tus necesidades. Reza y cree siempre en Mi Amor, pues, Yo nunca, nunca te dejaré.

Yo te bendigo ahora con amor: de JERUSALÉN… de NAZARET… y de JACAREÍ.”


Coronilla de San Judas Apóstol:

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