20 de Junio del 2017
Mensaje Público
Otra
vez veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de
Dios Padre. Dice: “Yo soy el Eterno Ahora y el Patriarca de toda la
humanidad. Invito a la humanidad a comprender Mi Justicia. Yo no
quiero que Mi Justicia caiga sobre la Tierra. Es el hombre el que la
invoca. La presencia de Mi Justicia está en el mundo de hoy incluso
mientras les hablo, cubriendo naciones enteras, ideologías e
individuos. Yo no puedo retenerla, pues la balanza de la Justicia tiene
que estar equilibrada. Me entristezco por los que invocan Mi Justicia
para sí mismos, aparentemente inconscientes de las consecuencias que
están provocando y antagonizando.”
“Todo
lo que Yo puedo hacer es llamarlos de regreso a la obediencia de Mis
mandamientos. Por esa razón estoy hablando aquí. Antes de que Mi
Justicia tenga aún mayores consecuencias en el mundo, vuelve, hombre de
la Tierra, a la rectitud por mérito de tu obediencia a Mis
mandamientos. Ámenme lo suficiente para escuchar y obedecer.”
Lean Esdras 9:15
Señor,
Dios de Israel, porque tú eres justo, hemos sobrevivido como un resto.
¡Aquí estamos en tu presencia con nuestras culpas, a pesar de que en
estas condiciones nadie puede comparecer delante de ti.
Jonás 3
La palabra del Señor fue dirigida por segunda
vez a Jonás, en estos términos: “Parte ahora mismo para Nínive, la
gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré”. Jonás partió
para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad
enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. Jonás
comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día,
proclamando: “Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida”. Los
ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa
de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la
noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su
vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre
ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: “Por
decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el
ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban
agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios
con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de
la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se
arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos”.
Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala
conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no
las cumplió.
Romanos 2:6-8
… que retribuirá a cada uno según sus obras.
Él dará la Vida eterna a los que por su constancia en la práctica del
bien, buscan la gloria, el honor y la inmortalidad. En cambio,
castigará con la ira y la violencia a los rebeldes, a los que no se
someten a la verdad y se dejan arrastrar por la injusticia.
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