14 de Agosto del 2017
Mensaje Público
Nuevamente
veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios
Padre. Dice: “Yo soy el Señor, su Dios, el Padre de todas las
generaciones. Si la humanidad hubiera sido obediente a Mis mandamientos
durante cada generación, nunca hubiera habido motivos para que Mi Ira
visitara la Tierra. Nunca hubiera habido un diluvio para poner fin a
todos los diluvios en tiempos de Noé. No hubiera habido Sodoma y
Gomorra. El hombre tomó sus decisiones y, con demasiada frecuencia, las
basaron en el amor propio; no en el amor por Mí y por su prójimo. Mi
Brazo de Justicia fue forzado a caer. Yo tuve que reorientar el corazón
del mundo. Hoy día, lamentablemente, está teniendo lugar la misma
forma de proceder. Los dones que Yo le di a la humanidad los está
utilizando para su propia destrucción.”
“Tienen
que ver esto en la sexualidad humana, en el uso indebido de las
finanzas para apoyar los abortos, hasta en el mal uso de la energía
nuclear. Yo no soy un Dios vengativo, ni soy tan paciente como para
pasar por alto el pecado y el error para siempre. El pensamiento
retorcido necesitará enderezarse. Yo hablo aquí como una advertencia.
Siempre hablo buscando reorientar el corazón del mundo.”
Lean Eclesiástico 5:4-7
No digas: “Pequé, ¿y qué me sucedió?”, porque el Señor es paciente. No estés tan seguro del perdón, mientras cometes un pecado tras otro. No
digas: “Su compasión es grande; él perdonará la multitud de mis
pecados”, porque en él está la misericordia, pero también la ira, y su
indignación recae sobre los pecadores. No tardes en volver al
Señor, dejando pasar un día tras otro, porque la ira del Señor irrumpirá
súbitamente y perecerás en el momento del castigo.
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