17 sept 2017

Mensaje España Monte Faro de Luz: 20 agosto 2017

LA CASITA DE LA VIRGEN, 20 DE AGOSTO, 2017 (En casa de Julio)



Pequeños míos, hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi
Luz en vuestras almas.


Meditad, hijos míos, CRONICAS, hacedlo y llevad a cabo estas enseñanzas
que mi Corazón os dice, porque son enseñanzas de conocer más a mi Dios,
vuestro Dios.


Gracias, pequeños míos, por estar aquí en esta casa, Casa de Amor y de mi
pequeño gusanico.


Vosotros sabéis consolar mi Corazón, y Yo estoy muy contenta de que
vosotros, aunque seáis poquitos, para mi Corazón sois millones, porque venís
a pedir por mis hijos los pobres pecadores. Seguid haciéndolo, comunicad al
mundo la Oración de mi Corazón y el Padre Nuestro; ahí está todo, si el
hombre cumpliese en hacer lo que os dice el Padre Nuestro, es la salvación de
la humanidad.


Quiero que seáis humildes, hijos míos, que busquéis esa humildad que el
hombre desecha
; el hombre vive loco y está llevando al matadero a otros hijos
míos hermanos vuestros por su soberbia, no saben hablar de Dios, mi Dios
vuestro Dios, solamente hablan de mentiras, de engaños, de idolatrías; hoy el
mundo se compone en los vicios, las miserias, el pecado; el pecado hoy es
virtud y la virtud,
¿qué es la virtud hijos míos? Recapacitad, un hombre con
virtud tiene el Cielo ganado, un hombre de vicio busca las negruras y el
Infierno para toda la Eternidad.


Esto no lo quieren ver tantos hijos míos, que Yo y mi Hijo de amor estamos
detrás de ellos hablándoles a ellos en sus corazones, pero ellos no quieren
saber nada de la Virtud, de la Humildad, del Amor.


Tenéis que ser fraternos, hijos míos, tenéis que ser vosotros esa humildad
perpetua de aquellos que no la tienen, y decirle a mi Hijo: “enséñame a amar
y dame un corazón de carne, quítame las piedras, el odio, el engaño, la
mentira, el rencor, la miseria y dame esa Carne que es el Cuerpo de mi Hijo de
Amor“; pedídselo; ¡ay cuantas veces os lo he dicho, que en algún rincón de
vuestras casas o donde estéis, os sentéis o de rodillas o de pié, habléis con
vuestro Creador!
¡Qué fácil es! Yo cuando niña hablaba muchas veces con mi
Creador, hijos míos:
“Padre Eterno, aquí estoy, yo quiero ser tu esclava” Un
día lo dije al Ángel, pero Yo antes cuando las oraciones venían a mi Corazón,
Yo le hablaba a mi Dios :“Señor, hazme siempre para Ti, yo quiero buscar en
tu Corazón el alivio de mi alma, el refugio de tu Amor; Señor quiero seguirte
hasta el final, pero como Tú eres mi Padre Creador mío, Tú eres el que pone,
hace y deshace, quiero seguirte siempre en este caminar hasta el llegar a Ti”
Así, hijos míos, Yo decía a mi Dios estas plegarias ¿Por qué vosotros no
podéis hacerlas?, ¿sabéis por qué?, porque os ata el mundo, no os deja y
arrastra el mundo, el mundo del Demonio y vosotros tenéis que ser más
astutos, tenéis que ser como las Vírgenes, tener siempre las lámparas
encendidas, no ir detrás en vez para adelante; el que va detrás se queda sin
aceite y las luces no se encienden, el que sigue adelante sigue con las luces
encendidas y cuando viene el Esposo se acomoda en esa tienda para estar con
ella, hablarla y abrazarla y llevarla al Reino de los Cielos; pero aquellas que
han dejado de que las luces se enciendan, ¿qué van a coger, hijos míos?, las
negruras, sin fuerzas, sin ánimo, pero con soberbia, dadnos el aceite porque no
tenemos para encender la luz.


Nunca os quedéis a mitad del camino, tened siempre las luces encendidas,
porque, hijos míos, no sabéis el momento que se presentará mi Hijo, el Esposo,
para teneros en sus brazos. Sed fieles a Él, buscad el Aroma , buscad su Amor;
tantas veces, tantas veces os lo digo: Sagrario, Sagrario, Sagrario; no tengáis
pereza, hijos míos, hay tiempo para todo, Yo lo tenía aunque mi Sagrario
también era mi Hijo, pero mi Sagrario antes de tener a mi Hijo era hablar con
mi Dios, con mi Creador, con hacer las cosas de verdad, en buena lid, como
decís en la tierra; Yo estaba con mis padres , obedecía a mis padres, pero mi
mundo, mi vida, mi alma, mi Corazón estaba en el Señor, mi Dios Creador.


Es fácil, hijos míos, seguir a mi Dios, vuestro Dios, solamente es dejarle que
El haga y que entre en vuestras almas y vosotros, como Yo un día le dije:
“hágase en mi según tu Palabra, como Tú quieras, donde quieras, aquí estoy,
soy tu esclava” Y, mirad hijos míos como mi Dios Creador, vuestro Dios y
Creador, hizo Maravillas en mi alma, en mi ser, en mi niñez, en mi nada.


Vosotros también aunque no seáis la Madre de mi Hijo, mi Dios, vuestro
Dios ,también sois madre de Dios, mi Dios, si vosotros desde el principio le
aceptáis como Hijo, como Dios; hacedlo, hijos míos; es fácil ir por los
caminos del mundo dando amor aunque las cruces sean fuertes, aunque a
veces reneguéis y digáis, no podemos, o no puedo. Se puede todo, hijos míos,
con voluntad y amor y cariño, porque en ese cariño, hijos míos, está mi Dios,
vuestro Dios; si le llamáis todo será más fácil, todo será bueno porque el que
entra en vosotros es mi Dios, vuestro Dios, y si hacéis y cumplís su voluntad,
hijos míos, ya tenéis ganado esa mística que tanto hablo, Dios contigo, tú con
Dios, un contacto que no se puede ir ya, porque ese contacto es mi Dios.


Vuestro Dios llena vuestras almas y ahí mora como tantas veces Yo también
le decía a mi Dios y vuestro Dios Creador:” Tú me conoces, Tú me sondeas,
Tú me sondeas, Tú me conoces, hágase tu voluntad en mi alma, en mi cuerpo,
en mi todo.”


Luchad, hijos míos, sobre todo cuando vengan las negruras, Satanás, porque
Satanás se presenta en cualquier momento de vuestras vidas.Yo le vencí y
vosotros también tenéis que vencerlo. Y , ¿cómo lo podéis vencer?: “Señor,
aparta de mí este maldito Satanás que no quiero saber nada de Él, porque Él es
odio, muerte, mentira, sangre “
Sí, hijos míos, como tanta sangre estáis viendo
en el mundo ¿Quién trae la sangre? ¿Quién trae la maldad? ¿Quién está
viniendo estragos en el mundo?; es el mismo Satanás que escoge a los
hombres, que quita su voluntad, porque no rezan, no oran, no aman, no adoran
a su Dios y empiezan a matar y quieren sangre, quieren poder y al final se van
al Infierno, porque mi Dios, vuestro Dios, prohíbe que el hombre mate al
hombre , quite la vida al hombre, porque solamente hay uno y ya sabéis quien
es, mi Dios vuestro Dios, que da la vida y la quita; vosotros, hijos míos, hoy
aquí y para el mundo entero os pido que recéis y pidáis por toda la humanidad,
por esos hombres que hacen daño, porque también son mis hijos y también
creados por el mismo Dios, mi Dios, mi Dios y mi Hijo, el Espíritu Santo, mi
Esposo. Me duele que esas almas, que crearon para el Cielo, vayan al Infierno,
por su egoísmo, por su yo, por tener y poseer; también, hijos míos, por tener
fama y dinero; y eso, hijos míos, no puede entrar en el Cielo.


¡Cuántas veces os he dicho en Faro de Luz y en tantos lugares del mundo, al
Cielo entra la Pureza, al Cielo entra el Amor, al Cielo entra aquel que luchó,
que vivió en Dios, para Dios y para todos los hombres que tienen buena
voluntad!


Seguid caminando, hijos míos, seguid así orando, pidiendo unos con los otros;
la guerra se elimina con los rezos; hijos míos, el hombre puede cambiar si
vosotros, el mundo, rezáis por ellos, por todos; acordaos aquel día que les dije
a los niños, mis niños de Fátima: “rezad para que se termine la guerra,” y
rezaron, el mundo rezó y se terminó la guerra;
pues eso es lo que quiero Yo
hoy que sigáis, porque, hijos míos, sino esto se acaba y vendrán tiempos muy
peligrosos, muy de dolor; hijos míos, luchad, hablad a vuestros hermanos, id a
los Templos, rezad en cualquier lugar que estéis unos cuantos, cinco, diez, tres,
dos, y pedid siempre por la salvación de los pobres pecadores.


Hijos míos, seguid rezando y pidiendo por los agonizantes, por aquellos que
están muriendo y van a morir en el día, ahora mismo
, para que mi Dios,
vuestro Dios, tenga Misericordia de todos ellos y le de esa muerte, como decís
vosotros, buena muerte, para que se arrepientan de sus pecados.


Y vosotros id al confesionario más a menudo, confesad, porque, hijos míos,
no se trata de tener pecados mortales sólo, que eso ya está en negrura el
hombre o la mujer; Dios se retira del pecado, pero también tenéis que
confesaros de los veniales,
como vosotros decís en la tierra, falta de caridad,
hablar lo que no se debe, una regañina que dice bueno esto no es malo, esto es
bueno, no esto lo perdona Dios; hijos míos, cuidado, cuidado, mentiras
piadosas, no hay mentiras piadosas
, hijos míos, o somos o no somos. Sí, hijos
míos, os lo digo así, o somos o no somos; pero Yo ahí no me meto, hijos míos,
digo para que entendáis, o sois, o no sois de Dios, mi Dios, vuestro Dios. Por
eso caminad con lealtad, con pureza, con rectitud, con caridad; sí, hijos míos,
la caridad es la que le falta al hombre, y cuidado con las lenguas ,hijos míos,
con las lenguas, eso pierde mucho a los hombres
; hoy, hijos míos, Yo quiero
que ahora al finalizar recéis diez Ave María a mi Corazón por aquellos que
matan, por aquellos que hacen daño, por aquellos, hijos míos, que están
equivocados.


Ahora os digo no un adiós sino hasta siempre; Yo estoy siempre en vuestros
corazones cuando me llaméis; como con mi Hijo y mi Dios Creador, vuestro
Dios Creador, siempre está o estamos en los momentos que digáis Madre,
Jesús, Dios mío, Espíritu Santo, allí estamos contigo.


Ahora os doy la bendición, pero como siempre, mi Dios Padre Creador, mi
Hijo Salvador, el Espíritu Santo Santificador, mi Esposo, y Yo vuestra Madre
Miriam, Corazón de María Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz.
Adiós pequeños, adiós hijos míos, os quiero mucho, hijos míos, adiós
pequeños

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