4 nov 2017

Mensaje 15 oct 2017 - Faro de Luz: Casita de la Virgen: El año 2060...

LA CASITA DE LA VIRGEN 15 DE OCTUBRE 2017

Mensaje de la Santísima
Virgen María
 
Pequeños míos , hijos míos, paz tengáis en vuestros corazones y Luz de mi Luz en
vuestras almas.


Una vez más estoy con todos vosotros, hijos míos; a veces os he dicho que ocho, o
diez, o cuatro, para mi Corazón son millones y vosotros hacéis millones orando y
rezando por el mundo entero, os doy las gracias, hijos míos, por estar aquí Conmigo,
con vuestra Madre del Amor.


Quiero que meditéis, hijos míos, MATEO, hacedlo pequeños míos.


Y hoy os digo que pidáis mucho por los religiosos, pedid mucho por los sacerdotes,
pedid mucho por los obispos, pedid mucho por los cardenales, pedid mucho por los
misioneros, pedid mucho por vuestro Papa.


 
Hijos míos, tantas veces os he dicho que el mundo se destrona, y el mundo está
dando las bocanadas ¿Por qué no aman a su Dios, por qué están retirados de su Dios,
por qué no van a buscar a su Dios, por qué no van a su Creador? Èl que creó al
hombre, a todo, Él es el Principio y el Final; si el hombre no busca a su Dios y pide
perdón, hijos míos, no verán el Rostro de su Creador. Dad gracias vosotros, hijos
míos, que tenéis la Fe, que vivís de la Fe, que buscáis la Fe; pero más que eso tenéis
que ser caritativos, tenéis que tener caridad con aquel hermano, aquellos que están a
vuestro lado.


Mirad, hijos míos, este mundo no es de gozo sino de cruces; sé que sufrís, no vosotros
solos, sino tantos hijos míos del mundo, ¡tanta pena, tanto dolor!; pero miradme a Mí
en el momento que mi Hijo iba con la Cruz a cuestas, Yo también llevaba los pecados
del mundo, Yo también sabía el sufrimiento que mi Hijo llevó y también lo llevé Yo,
pero Yo en silencio como mi Hijo y vosotros tenéis que hacer lo mismo, cuando haya
pena, cuando haya dolor, vosotros como tantas veces os he dicho id al rincón a orar,
hablar a pedir a vuestro Dios todo aquello que necesitáis.


Hijos míos, pensad que esta vida son cruces y sin cruz no se puede ir al Cielo; buscad,
hijos míos, pedid, hijos míos, porque todo cuanto vosotros pidáis, si es para bien de
vuestras almas, allí está mi Dios, vuestro Dios, para remediar las causas y los dolores. 

Buscad el Cielo, buscad vuestra pureza, hijos míos, refugiaos en el Corazón de mi Hijo
y en mi Corazón; Yo soy vuestra Madre, Corazón limpio, puro y cristalino y a vosotros
os traigo este mensaje.


Copiad a mi Corazón, hijos míos, y buscad el Corazón de mi Hijo que es manso y
humilde, Él os dará el ciento por uno, y, como tantas veces, otra vez os digo, tenéis
que buscar el Monte, id despacio, pero firme, pero no miréis para atrás; buscad la Cruz
de mi Hijo que está en el Monte esperándoos con los brazos abiertos, tantas veces lo
he dicho al mundo, pero no miréis para atrás porque el mundo es muy atractivo y
muchos de ellos, muchos caerán en ese precipicio
y no subirán el Monte porque ellos
están con sus mentes en los vicios, en las miserias, en el pecado.


Hijos míos, sed limpios, sed buenos todos, pedid a mi Corazón y al Corazón de mi
Hijo, salvaos, salvaos, pero la salvación, hijos míos, viene por vosotros mismos, la
inteligencia lo que os dió mi Creador, vuestro Creador, el entendimiento de hacer el
bien o el mal, vosotros tenéis que ser libres y sois libres para hacer o el bien o el mal y
Yo estoy aquí como en tantos lugares del mundo para deciros a todos, hijos míos, id a
la busca de vuestro Dios, buscadlo, buscadlo, siempre buscadlo porque es Él el que
os va a salvar, el que os va a dar aquellas palabras aquella cosa tan linda que es el
camino del Cielo.


Hijos míos, si supierais vosotros como es el Cielo, el Cielo es aquello que es siempre
Amor, Felicidad, Aleluya, sabéis aquellos santos todos los que están salvados y que
están en la Mesa de mi Dios, vuestro Dios, siempre cantando: “bendito eres Señor,
gracias por traerme aquí Señor, gracias por darme ese Amor, gracias por crearme
para Ti”, ¿sabéis como están ellos?, siempre están cantando las alabanzas a ese
Dios, mi Dios, vuestro Dios, para toda la Eternidad.



No busquéis el Infierno, hijos míos, porque el Infierno es para siempre, también para
toda la Eternidad; allí solamente hay, hijos míos, podredumbre, miseria, odios, dolor,
rencores; mirad, como otras veces os he dicho, solamente no ver la presencia de su
Creador, eso es horroroso, hijos míos; no busquéis el Infierno
, buscad, ahora estáis a
tiempo, estáis a tiempo, hijos míos, para ir a ese Dios, mi Dios, que es todo, que lo da
todo; buscadlo y vosotros tendréis, hijos míos, esto que os estoy diciendo: el Cielo.



Mirad cuánto dolor tiene mi Corazón cuando los hombres se matan; los hombres no
quieren buscar el aroma de su Dios y están buscando siempre guerra, peleas y
discordias, odios, mentiras, rencores, cóleras; y estos, hijos míos, si ellos no ven la
verdad y el amor serán trasportados a las negruras del Infierno.


Sed buenos, hijos míos, humildes, sencillos, buscad, buscad siempre el Amor y la
Caridad; Yo soy Faro de Luz; hoy están Conmigo aquí Teresa de Jesús, Padre Pio, mi
pobre Padre Pio, mi lindo Padre Pio, mi hija Rosa de Lima, y tantos y tantos ángeles
que me custodian, también está San Dámaso; como vosotros llamáis en la tierra, aquí
ya no son Santos, hijos míos, ellos son ya luces, luces como Yo quiero que seáis
vosotros; también está mi negrito, mi negrito; sí, aquel que fue desechado de los
hombres, que no buscaron los obispos el amor que Yo traje, el manto se convirtió en
flores con mi Imagen, Juan Diego, ¡hay si imitarais a Juan Diego en su humildad!.


 
Hijos míos, vais a ver guerras, vais a ver catástrofes, vais a ver, hijos míos, que los
ríos y los mares se desbordarán y se llevarán a muchos hijos míos;
llevad siempre la
Cruz en vuestros corazones, y pedid por estos traumas que va hacer, hijos míos. El
Demonio, porque el Demonio le queda poco tiempo de estar aquí ya en la tierra, ya va
a ser atado pronto, pero antes él se quiere llevar a millones de almas, y vosotros con
rezar y pedir y hacer sacrificios, penitencias, podéis, hijos míos, salvar a muchas
almas.



Por eso os digo, venid a mi Corazón, porque Yo vuestra Madre estoy hablando con mi
Hijo y con mi Dios Padre para que el mundo se convierta y se salven todos, por eso
vengo al mundo a daros mi Amor, mi Cariño; pedid, hijos míos, que todo esto sea
pequeño; pero viene, está viniendo y vendrá, como viene muy deprisa, hijos míos, la
bola de fuego a la tierra.



Sí, hijos míos, otra vez os comunico: 2060, 2060; hijos míos, pedid mucho por la
Iglesia, por vuestra Iglesia, por la Iglesia de mi Hijo, por la Iglesia que hay un silencio
sepulcral;
ellos, muchos, no se aman; ellos, muchos, se van; ellos, muchos odian;
ellos, muchos no quieren estar; ellos, muchos, no obedecen al Papa ¡Ay, hijos míos, el
que no cumpla sus Ministerios de verdad, sea sacerdote, sea religioso, sea cualquiera
de vosotros, que mal vais a estar en esta vida y en la otra!; por eso os digo, buscad el
Aroma de mi Hijo, confesad a menudo, tomad el Cuerpo y la Sangre de mi Hijo; y
finalizo, hijos míos: Sagrario, Sagrario, Sagrario.


Ahora, hijos míos, Yo quiero que vayáis uno a uno cogiendo el aroma de mi Corazón
que he puesto a mi Hijo para que lo pongáis en vuestros corazones, poned vuestros
dedos en su cabeza.


Pedid, hijos míos, al Corazón de mi Hijo y a mi Corazón que vengamos siempre y
estemos siempre con vosotros, con el mundo, con vosotros, vuestros hijos; Yo tengo
mucho dolor, pero vosotros tenéis que calmar ese dolor y quitarme las espinas de mi
Corazón que son tantas que me ponen los hombres, como a mi Hijo por los sacrilegios
que hace y comete el mundo segundo a segundo.




Pedid mucho, hijos míos, como os he dicho, por la Iglesia, mis hijos los sacerdotes, los
obispos, los cardenales, por el Papa.


Ahora, hijos míos, os doy la bendición, pero como siempre mi Dios Padre Creador, mi
Hijo Salvador y el Espíritu Santo, mi Esposo Santificador, y Yo vuestra Madre Miriam,
Corazón de María, Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz.


Adiós pequeños míos, adiós hijos, buscad a mi Hijo siempre, adiós

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