El vidente habla con nuestra Madre encomendándonos a todos:
Te pido por todos para que sean fieles al Corazón Divino de tu Hijo, ayúdalos, fortalece sus
almas, que sean convertidos todos para adorar a mi Dios y Señor; te pido Madre por aquellos que sufren, que están solos, por estas almas y por estos hijos tuyos que han venido aquí a tu Casa y también a otros lugares del mundo donde Tú te apareces para dar tus Mensajes de Amor y Misericordia.
Gracias Madre.
Nuestra Madre comienza su Mensaje:
Hijos míos, gracias, hijos míos, por estar aquí a mi Presencia, a rezar y pedir por todo aquello
que necesita el mundo.
Meditad, hijos míos, REYES.
Que en vuestras almas siempre tengáis el Agua Viva, el Cuerpo de mi Hijo, para que tengáis
Vida, hijos míos; id al confesionario, id pronto, esto se acaba, pequeños míos, el hombre que está
en gracia de mi Hijo va al Cielo, el hombre que desprecia a su Dios irá al Infierno; creed en lo
que os digo, hijos míos, hay Cielo, hay Infierno.
Hijos míos meditad cuando estéis a solas en el Cielo y en el Infierno; el hombre no quiere
entender ni quiere saber nada de las maravillas del Cielo, solamente buscan sus caprichos, sus
mentiras, sus gustos y placeres en la tierra, pero, hijos míos, son cuatro días.
Reparad el Corazón de mi Hijo, reparad mi Corazón; mi Hijo y Yo lloramos por los hombres,
aunque estemos en el Cielo, pero cada hombre o mujer que cometa pecado, lloramos porque ellos mismos están buscando su condenación; meditad esto, hijos míos; esto se acaba, son cuatro
días, animaos, buscad a mi Hijo de Amor, buscadle, y buscadme a Mi, ya falta menos para que
nuestros Corazones triunfen en el mundo entero, pero el hombre no quiere ver, el hombre quiere
su odio, su mentira, su engaño, su maldad, sus vicios, ellos creen que no existe el Todopoderoso,
mi Dios, vuestro Dios, que hizo el Cielo y la Tierra.
Yo lloro mucho por esas almas que no quieren ir al redil a buscar
a mi Hijo en el Sagrario, en el
Amor, por eso os he dicho al principio, sed Hostia, porque la Hostia, hijos míos, es el Cuerpo y
la Sangre de mi Hijo que tenéis que recibirla para que tengáis vida y seáis fieles y felices un día
en la Moradas del Cielo.
Buscad la Santidad, hijos míos, es fácil la Santidad, pero claro, si buscáis los rencores, las
cóleras, los insultos, las mentiras, los engaños, el blasfemar, el decir, este es malo y yo soy
bueno, no, hijos míos, tenéis que buscar la humildad, la humildad
es la Santidad; no regañéis
unos con los otros, miraos cara a cara y si tenéis que pediros perdón, hacedlo, mi Hijo perdonó y
perdona a la humanidad, todavía le insultan, no le aman, hoy en día le crucifican segundo a
segundo, porque el hombre ha dado la espalda a su Dios.
Hijos míos, pedid mucho por aquellos hermanos que están confundidos, no miréis esos que
hacen daño, al revés rezad y pedid por ellos, haced sacrificios por ellos, ahora viene un momento
de oración y penitencia, meditad la Pasión de mi Hi
jo y haced ayuno, hijos míos; también os
digo una vez más, hijos míos, que hagáis los cinco primeros sábados de mes, es muy
fácil, hijos
míos, solamente tenéis que estar un ratito Conmigo, hablándome a Mi; confesaos, meditad a mi
Hijo, a vuestro Dios; pedid por el Santo Padre, el Papa, mi hijo predilecto; confesad y comulgad,
son cinco primeros sábados de mes, se lo di a mi hija Lucía en Pontevedra y Yo quiero que
vosotros también lo hagáis, que no os olvidéis de estas promesas y este Amor que Yo doy y que
dí a mis hijos que ya están el Cielo alabando y glorificando a mi Dios, vuestro Dios.
Haceos santos, hijos míos, pedid la santidad, sed víctimas, hijos míos, es fácil, ofreced vuestra
vida por un enfermo, por vuestras familias, por la Cruz de mi Hijo, por
vuestras cruces: “Señor
aquí estoy, hágase tu voluntad, dame luz y fuerza, Dios mío, porque yo solo no puedo hacer
nada, pero Tú estás conmigo y quieres que te llamemos y que vengamos a Ti”, Sí, hijos míos, mi
Dios, vuestro Dios, está deseoso de que vayáis
a Él a pedirle; pedidle, hijos míos, y pedid
también al Corazón de mi Hijo y a mi Corazón porque nosotros hacemos milagros, mi Hijo Dios, el Padre, el Espíritu
Santo, mi Esposo, Dios verdadero, Trino en tres Personas, y Yo estoy ahí en
la Trinidad para también hacer esos milagros que venís a buscar y a pedirme; no os canséis de
pedir, porque Yo con mi Dios y Señor, mi Hijo y mi Esposo el Espíritu
Santo, podemos hacer los
milagros; pedid, no os olvidéis de pedir, pero una cosa os digo, abnegaos a sí mismo,
coged
vuestra cruz y seguirla con amor.
En el Cielo, hijos míos, no entran trapos, ni mentiras, ni pecado, entra la Santidad, cuesta, hijos
míos, pero si vosotros lo veis y meditáis es fácil porque mi Dios vuestro Dios os allanará el
camino y os dará un camino sencillo y perfecto.
Buscad a vuestro Dios, hijos míos, pedid mucho por los sacerdotes, mis hijos,¡ ay de aquellos
que no hagan y no cumplan su Ministerio!, ¡cuántos hay, hijos míos! que no llevan el camino de
la Verdad, el camino que un día prometieron llevar a cabo a esos hijos que se encomendó y están
encomendados para llevar la santidad y la gloria de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu
Santo;
pedid por ellos, hijos míos, porque muchos de ellos no llevan el camino de la Verdad, os lo digo,
vuestra
Madre aquí, porque Yo sé que vosotros os enteráis de tantas cosas en el mundo de mis
hijos predilectos, por eso aquí y en el mundo entero lo digo, pedid por ellos, porque ellos
necesitan de vosotros, para que vean la Luz; una vez tuvieron Luz, luego la dejaron por los
caprichos del mundo, pero nunca es tarde, hijos míos; mi Dios y Señor da tregua, da luz y fuerza,
porque la Salvación depende de vosotros; sí, hijos míos, haced el bien; caridad, amor, sed leales,
sed amigos, sed pobres, desprendeos, hijos míos, de tantas cosas que son vanas y no os hacen
falta, buscad a aquel que necesita de vosotros, no deis la espalda ni cerréis las puertas, porque mi
Hijo no cerró nunca ninguna puerta, acogió a todos, a los malos, a los buenos, a los menos
buenos y a los menos malos y estuvo siempre haciendo el bien a toda la humanidad como hoy
desde el Cielo lo sigue haciendo; cuando un hermano venga a ti con dolor, pena, escuchadle,
abrazadle y aquel hermano que necesita un plato de comida no le cerréis vuestras despensas
,
dádsela, no digáis nunca, lo quiere para borracheras, o mira este o aquel que mala vida lleva;
hijos míos, ESE ES MI HIJO, ese es mi hijo que todavía el mundo desprecia, no seáis vosotros
así, porque los Mensajes que os estoy dando aquí y en el mundo entero, estoy dando Mensaje de
Amor, de Caridad, de Luz y vosotros tenéis que abrazar la Caridad, la Luz y el Amor, haced
como mi Hijo hizo, acoged a todos, aquel que este enfadado con un amigo, amiga o madre,
esposa, o esposo haced todo lo posible para reconciliar y aquel que sepa más del Cielo que se
clave de rodillas y pida perdón por el otro, hijos míos, el perdón es el amor y vosotros tenéis que
saber perdonar, nada de rencores, cóleras ni insultos.
Pedid mucho para que se terminen las guerras, pedid mucho por Sudáfrica, pedid mucho por
América, pedid mucho por vuestra España, pedid mucho por Europa, pedid para que se acabe la
maldad en el mundo.
Ahora, hijos míos, Yo os doy la Bendición, una Bendición especial hoy porque veo muchos
niños y estos niños son
el mañana; padres, educadlos en la Fe de mi Hijo y traedlos aquí a Faro
de Luz porque Yo los bendigo y los bendeciré siempre, son el mañana de la Iglesia de mi Hijo;
amor con amor se paga y si vosotros sabéis hacerlo con vuestros hijos tendréis ganado una
cosita
muy grande es las Moradas en el Cielo; haceos, hijos míos, pequeños y pobres y no os olvidéis
del ayuno y la penitencia de este mes y el mes que viene, hijos míos, porque es cuando a mi Hijo
le degollaron, le mataron, le crucificaron; tened en cuenta, hijos míos, que la Cruz es muy fuerte,
muy dolorosa, pero la Cruz va al Cielo.
Os bendigo, hijos míos, pero antes como siempre mi Dios Padre Creador, mis hijos, y mi Hijo
Redentor, el Espíritu
Santo mi Esposo Santificador y Yo vuestra Madre Miriam, María, Corazón
de Faro de Luz, Faro de Luz, Faro de Luz.
Os amo, hijos míos, seguid caminando en el Amor,
para el Amor, esta Casa es mi Casa, Casa de todos vosotros, aquí estoy siempre, hijos míos,
venid a pedir Consuelo, Amor y aquello que Yo doy, Dulzura.
Adiós pequeños, adiós hijos míos, adiós hijos.
Ntra. Madre en Monte Faro de Luz.
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